Capítulo 5: Otra vez Alma.

-¿Como lo sabe? -pregunté.
Que la bruja supiera mi nombre, solos confirmaba su posición de bruja, y el color que iban tomando las cosas no me gustaba para nada.
-Nomas lo se. -la bruja volvío a sonreir, y, en ese momento, la bruja dejó de ser la bruja. La bruja tenia nombre, mirada profunda, sonrisa... y alma. Sobre todo, alma.
-¿Puedo irme? -pregunté, como quien no quiere la cosa, porque no era cuestión de dejarme llevar por la... Alma.
-Poder, podes, pero me gustaria que te quedaras.
Pude decir que mis padres estaban en casa, y se preocuparían, o que tenia algo que hacer, pero eran mentiras. Y esa vez, opté por no mentirle a Alma, porque sabia que ella se daria cuenta, y, ademas, porque no lo creía necesario. Porque, ya ven, yo era una niña, y los niños tenemos ese maravilloso don de la confianza, que mas tarde perdemos a fuerza de decepcionarnos.
En realidad, todo mi compromiso era tarea, y, como era viernes, podia hacer lo de siempre: pormeterme hacerlo el sábado, para recordarlo el domingo a la noche, y llegar al colegio el lunes sin haber dormido.
-Esta bien. Me voy a quedar un rato, gracias. -dije, aunque no era necesario decir nada, porque Alma habia desaparecido.
Me agarró pánico. ¿Donde estaba la bruja?... Sin su presencia ahí, volví a llamarla internamente "bruja", y a imaginarla malvada y terrible. Pero, al instante, una cabeza se asomó por un gran ventanal.
-Dale, entrá, que se enfría el mate cocido.