Capítulo 6: Fuego

Fuego en la sangre, fuego dentro de la piel... Fuego en el alma. Fuego en Alma. Despues de haber tratado por años con la última descendiente de dragones en este mundo, esa es la conclusión a la que llegué. Los dragones son seres efímeros, hechos de fuego de colores propenso a apagarse.
Alma si era la última hija de dragones. Se había quedado en esta tierra por error, cuando, en el año del Sol Escondido, todos los de su casta la abandonaron para volar libres. Pero ella no. Ella se quedó rezagada entre los humanos, buscando a una persona para compartir su historia y que los dragones no fueran olvidados.
Por años fui a su casa despues del colegio, y, poco a poco, me fue refiriendo cada historia, cada detalle. Como era natural, tarde o temprano tenía que crecer. Pero lo hice sin ella, porque en el mismo mes que cumplí 14 años, Alma murió. Se fue sin aspavamientos, para ella la muerte no era mas que un estado transitivo, que la envolvería durante unos segundos, los suficientes para cerrar los ojos por última vez, y volverlos a abrir por primera vez, en el medio del cielo. Yo, en cambio, la sufrí como una perra. Perder a mi "Madrina", como había escogido llamarla a falta de un epíteto adecuado, era mi peor temor en esos dias, cuando atravesaba ese período lleno de inseguridades. Pero Alma sonrió, por última vez. Y entonces vino el fuego. No supe de donde salió, pero de pronto, estaba en todas partes, lamía las paredes, arrastraba con los cuadros, y me rodeaba, pero no me lastimaba. Y ahí entendí, y sali de la casa, que por fuera se veía totalmente normal. En ese momento, me di cuenta de que no podía olvidar lo que había sucedido entre la plaza de Intuzaingó, una solitaria, que no era bruja, pero si muy vieja, y el fuego de el corazón del barrio. Tenía que guardar en mi memoria todo, cada detalle debia quedar marcado como una impronta en mi espíritu.
El último pedido de Alma, su último deseo, lo que susurró entre los fuertes golpes de su corazón enjaulado, fue: "Por favor, recuerdanos". Y, aunque fue un deseo de su espíritu, también brotó encarnado desde su recuerdo mismo, y su alma cargada de las almas de toda una especie extinta. No extinta como un fuego normal, que muere y renace, sino extinta como fuego de dragón, que nunca volvió a crepitar sobre esta tierra.

Fin

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Quedó re cualquiera, como los demas capitulos. En definitiva, escribí cualquier cosa, y me alegro de haberla terminado xDD
Tampoco puedo evitar un microsegundo de silencio por la última hija de dragón, lo lamento, soy una persona sentimental xDD

Otra vez suya,
-Magènta