Bueno, hola. Me llamo Camila, me dicen Magenta por la Magenta de RHPS, tengo quince años, y una vida medio complicada.
El otro día, hablando con Verdura, que es mi mejor amigos, salió el tema de nosotros mismos cuando éramos más chicos. Nuestra época de interes coincidía con la época en la que los dos (en la que todos nosotros) empezamos con los blogs, y ambos dos llegamos a la conclusión de que, desde esa época, hemos ganado y perdido muchas cosas, como pequeños escritores, poetas, músicos, programadores, dibujantes, cómicos, y adultos en proceso que somos.
Cuando empecé este blog, era una nena. Leo mis posts viejos, y no me puedo creer lo divertida, libre, insoportable, gramáticalmente TONTA, soberbia y creída que era. Era una buena chica con buenas intenciones, me leo y no me reconozco. Pasaron casi tres años como pasa una década, con la rapidez y la fuerza desplumadora de un trén.
No dejé de escribir, abrí el otro blog, pensando en mantener los dos este año, y no me dio el tiempo ni el cerebro, así que este quedó un poco en la nada. Tuve épocas y épocas, pasé por cosas horribles, y cosas genialosas, crecí, me cerré, cambié, y bueno, ahora soy lo que soy xD
Pero... Para estas fechas no quise dejar de venir acá. Por suerte, ya nadie lee, así que escribo más para mi que para el mundo.
Leo mis post navideños de otras épocas, y me muero de la risa. Hace dos años estaba tan... llena de esperanza. Y el año pasado escribí algo corto, divertido, casi inteligente. Me parece que antes era más feliz. Pero era, también, más insegura, no tenía mucha idea de a donde iba, de donde venía, no estaba contenta con quien era.
No creo querer volver a esa época. Pero no la voy a recordar con mala onda, no quiero. No me lo merezco.
Me voy, ahora. Voy a pasar la navidad con Nana y Verdura, la familia elegida con la que quiero estar, las personas que me entienden, que entienden a la nena de doce años que empezó este blog, y a la "chica"de quince que lo abandona definitivamente, porque no tiene sentido dejarlo inconcluso para nada.
Este es un post de cierre, de despedida a mi misma. No creo que vuelva a postear boludeces, pero, si no me aguanto, para alguna fiesta, mi cumpleaños, o el célebre 14 de mayo (que es el cumpleaños elegido de mi blog, porque la verdad, la fecha real se perdió en el tiempo xD) tal vez me acerque a dejar algo.
Voy a dejarlo abierto porque lo quiero, y porque es un testigo de lo que fui, y de lo que soy.
Si estas leyendo esto, seguro sos una persona que amo, así que gracias.
Magenta.
viernes, 24 de diciembre de 2010
miércoles, 25 de agosto de 2010
sábado, 15 de mayo de 2010
Por otro año mas.
Me siento muy contenta de estar escribiendo aca de vuelta. No me acosumbro a volver a tener este blog como algo presente en mi vida, me alegro de haber tenido la idea de restaurarlo ahora, porque llegue justo para el aniversario segundo del dia que lo cree.
Esta vez, lamento decir que no puedo regalarles algo miserioso y unico como hace un año atras, porque esto complicada, tengo mucho que hacer, y no voy a poder sostenerlo como quisiera.
Ese año les regalo la total restauracion de mi blog (ahora blogs).
Ademas, como no puedo hacer algo como la celebre Mascarada, les regalo TODOS LOS FOROS DE ROL en los que administro o modero.
ROL DE TITANIC (yo soy Vittoria, Dem es Rose)
ROL DE HOUSE (soy House, Dem es 13)
Y ROL DE LOST (soy Juliet, Nana es Kate)
Ahora...
Un monton de imagenes que hice cuando estaba aburrida sin internet!!!
PS: Dem no es muy Dem, pero me hizo acordar a ella xD Ese movimiento de la mano... xD
En cuanto a Nana y yo...Iguales xD
PS: Is, te extraño. Prometo que vas a ser el primer contacto que busque cuando tenga el msn :D
Espero que todo haya salido bien con yasabesquien!!!
PS: Estas son todas...xD
Me colgue mal haciendo firmas de los Bloggers Muertos... Este ya no parece un post de Magenta, pasa que como tengo el otro blog para hacerme la poetica (? ) aca puedo decir estupideces, y se siente bien.
Se siente muy bien estar aca, en serio. Me siento en casa despues de mucho tiempo de estar de mochilera...
Eso parece ser todo...
Pero, para no joder demasiado la tradicion, es el momento de la cancion de cumpleaños. Como el "cumpleaños feliz" me perturba, ( y ustedes ya saben que lo odio xD), decidi elegir otra...
Con ustedes... La setentera banda EN VIVO!!!!
Crosby, Stills & Nash
OUR HOUSE
I'll light the fire, you place the flowers in the vase that you bought today.
Staring at the fire for hours and hours while I listen to you
Play your love songs all night long for me, only for me.
Come to me now and rest your head for just five minutes, everything is good.
Such a cozy room, the windows are illuminated by the
evening sunshine through them, fiery gems for you, only for you.
Our house is a very, very fine house with two cats in the yard, life used to be so hard,
Now everything is easy cause of you and our la, la, la:
Our house is a very, very fine house with two cats in the yard, life used to be so hard,
Now everything is easy cause of you and our
I'll light the fire, while you place the flowers in the vase that you bought today.
Nunca olviden que los quiero. Hacen mi vida menos complicada, y mas feliz.
Por otro año mas, y dos mas que ese, y diez mas y mil mas si nos da el tiempo y la fuerza.
Los amo.
Magenta°°, soplando dos velitas en ese horrible ritual que detesta xD
miércoles, 5 de mayo de 2010
Aunque suene raro.
¿No tiene mucho sentido, no? Pensándolo bien, no, no tiene sentido que se me de por volver al ruedo justo ahora.
Pero soy débil, soy un ser humano débil, y necesito el apoyo espiritual (?) que me da escribir en este blog.
Cambian las cosas, la organizacion, el modo de escribir.
La que no cambia soy yo. Nada mas estoy de vuelta.
Aunque suene raro.
Magenta, desde lo bien que se siente volver a firmar una entrada acá.
PS: Estas son para Nana, una muestra de las boludeces que estuve haciendo ultimamente.
Son casi todas...
Suerte!!
Pero soy débil, soy un ser humano débil, y necesito el apoyo espiritual (?) que me da escribir en este blog.
Cambian las cosas, la organizacion, el modo de escribir.
La que no cambia soy yo. Nada mas estoy de vuelta.
Aunque suene raro.
Magenta, desde lo bien que se siente volver a firmar una entrada acá.
PS: Estas son para Nana, una muestra de las boludeces que estuve haciendo ultimamente.
Son casi todas...
Suerte!!
sábado, 13 de marzo de 2010
Stand By (o Bitácora del viajero fantástico)
Resulta que había una vez una cándida y hermosa joven llamada Magenta, que vivía con su familia en una casita humilde a orillas del río. Era muy trabajadora y emprendedora, y mantenía con su arduo trabajo blogger a sus hermanitos menores, un hermoso grupo conformado por Verdura, (su pobre hermano, que se mataba trabajando en las minas), su hermanita Nana, (que era costurera), su media hermana Dem, (que araba la tierra, junto con Isi, su prima lejana).
Un día, esta desafortunada jovencita, desapareció del mundo.
. . .
Esta bien. Perdón. Desaparecí de la faz de la tierra, y viví increíbles y aterradoras aventuras en la fantástica Tierra del Mundo Real. Y perdí en una batalla contra los magos oscuros del Este mi conexión a internet. Las brujas florianas me prestaron un rato su modem durante el festejo ocasionado por la victoria de la Guerra Tercera, después de bailar danzas mágicas y lastimarme el pié (con consecuencias catastróficas).
Por eso no tuve tiempo para escribir. Por eso descuidé mi importantísimo trabajo de embajadora de los Bloggers Muertos. Por eso traicioné a mi pueblo.
Pero prometo resarcirme.
En cuanto mi padre pague el internet.
Desde las fiestas religiosas de los monjes montañeses, donde paso una temporada de espiritualización,
MGNT.
Un día, esta desafortunada jovencita, desapareció del mundo.
. . .
Esta bien. Perdón. Desaparecí de la faz de la tierra, y viví increíbles y aterradoras aventuras en la fantástica Tierra del Mundo Real. Y perdí en una batalla contra los magos oscuros del Este mi conexión a internet. Las brujas florianas me prestaron un rato su modem durante el festejo ocasionado por la victoria de la Guerra Tercera, después de bailar danzas mágicas y lastimarme el pié (con consecuencias catastróficas).
Por eso no tuve tiempo para escribir. Por eso descuidé mi importantísimo trabajo de embajadora de los Bloggers Muertos. Por eso traicioné a mi pueblo.
Pero prometo resarcirme.
En cuanto mi padre pague el internet.
Desde las fiestas religiosas de los monjes montañeses, donde paso una temporada de espiritualización,
MGNT.
lunes, 15 de febrero de 2010
miércoles, 23 de diciembre de 2009
El colmo (y feliz Navidad, herejes.)
Nicolás Noel levantó la mirada de la lista que repasaba desde principios de mes, y miró por encima de sus lentes en forma de medialuna al pequeño hombrecito, que cambiaba el peso de su cuerpo de un pie al otro. Su respingada nariz estaba totalmente roja por el trabajo en la nieve, juzgó Noel, aunque, en realidad, el duende había estado todo el día en el taller, y la única causa de su rubor era estar frente al mismísimo jefe.
Noel bajó totalmente el papel, porque algo en la expresión culpable de su interlocutor le llamó la atención. No sabía que el pequeño, de nombre Pinky, había perdido una apuesta, y por eso había sido designado para ir a hablar con él.
-¿Qué quieren hacer que? -tronó, levantándose de su cómodo sillón rojo.
Pinky se estremeció, y después contó hasta cinco, como había visto que hacían en Lost (era un gran fanático de la televisión humana), y después se paró más derecho. Susurró un mantra de yoga para darse ánimos a si mismo, sintiéndose más seguro para responder.
-Un partidito de fútbol, señor. –explicó resueltamente. –Queremos hacer un partidito de fútbol.
Noel levantó una ceja. Hacía mucho que estaba cansado de trabajar con duendes, seres irascibles y con foco atencional ridículamente corto, pero eran mano de obra barata, y eso estaba difícil de conseguir esos días. Más si no quería usar elfos.
Negó con la cabeza. No, elfos no. Había tenido elfos una temporada hacía varios años. Cada vez que lo recordaba le daba dolor de cabeza. Todos eran hermosos, altivos y rubios, sin ninguna excepción, y se la pasaban haciendo magia y hablando con profundidad sobre el significado de la vida. Aburrido.
No podía tener elfos. Y tampoco gnomos. Se creían demasiado, con sus marchas del orgullo enano. Le arrancaban la cabeza por media hora al día, si tenía suerte.
Y, si se trataba de que le cobraran fortunas, ya tenía suficiente con los renos, que por una noche al año lo hacían pagar toda la instalación en el parque nacional. Todo por ese rollo de “somos animales en extinción”.
Hadas tampoco le servían. Eran histéricas, en una sola palabra. Se pasaba la tarde preguntándose cuando dejarían de peinarse y empezarían a trabajar.
No. Los duendes eran, ciertamente, su única opción. Pero ese detalle no impidió que apoyara las blancas sienes en las manos, trazando círculos en la frente con los dedos. Pinky retrocedió. Esa demostración de preocupación era una mala señal.
Nicolás Noel aspiró una honda bocanada de aire helado, que se colaba por el enorme ventanal ubicado detrás de su escritorio. Le había tocado presencial muchas cosas extrañas en su larga vida, pero jamás había tenido tantas ganas de jubilarse. Jamás.
Ni siquiera cuando su esposa se fue de vacaciones al caribe porque estaba harta de estar resfriada. Pobre Lucinda, la verdad. Había tenido que soportar tantas cosas… Primero la juguetería, después eso de nunca tenerlo en casa para navidad, después la idea de mudarse al Polo Norte. ¡Al Polo Norte! ¡Ella, que dormía con cuatro frazadas en octubre!
Ya estaba. Era el colmo, el punto mas alto al que Noel podía llegar sin quebrarse y llorar estilo Guns and Roses. Suficiente.
-Las cosas que hay que escuchar…-meditó bajito, tomando la pila de papeles que tapizaba el escritorio, y metiéndola dentro de un cajón vacío. –¿Sabe que? –preguntó al duende, que negó con la cabeza varias veces, escudándose con la mano, como si tuviera miedo de que Noel se abalanzara sobre el para matarlo. –Hagan lo que quieran. Jueguen al fútbol.
Noel sonrió por detrás de la barba, aliviado por haber encontrado tan rápida solución a todos sus problemas.
Pinky, que parecía sorprendido por el ritmo que habían tomado las cosas, asintió con la cabeza, articulando un “Gracias” sin emitir sonido alguno, porque estaba demasiado ocupado observando a Noel con la seguridad de la persona que sabe que el otro se volvió loco.
-¡Yo me voy! –siguió el anciano, y atravesó las puertas de la oficina.
-¿Se-señor Noel? –tartamudeó Pinky. -¿A dónde va?
Papa Noel lanzó una carcajada demente.
-¡Que importa! –gritó, y se metió los dedos en la boca.
Soplando con fuerza, emitió un silbido agudo, que le entró por un oído y le salió por el otro al pobre duende, y seis renos tirando un trineo rojo se acercaron por el pasillo, rompiendo todo a su paso.
Noel se subió resueltamente en el trineo.
-¡Feliz navidad! –gritó, antes de romper la ventana en miles de millones de pequeños cristales de azúcar y salir volando.
Pinky se quedó mirando la figura roja desaparecer entre las nubes de diciembre con la boca abierta en una mueca de horror absoluto.
Contó hasta cinco de vuelta, y se encogió de hombros.
Noel siempre volvía. Estaba un poco muy comprometido con la causa.
---------------------------------------------------------
Es... Un regalo. Para ustedes, gente. Se lo merecen de acá a la china. Eso sí, Papa Noel escapándose de su taller para tomarse una merecidísimas vacaciones es decididamente una idea indecente (?). Así que se me ahogan en agua bendita, que ya ni el diablo los salva, como dice una amiga mía.
Bueno. Peléense con la tía jodida que todos tenemos, critiquen el (delicioso) arrollado de la abuela sólo por el gusto de verla chillar, cómanse TODO, que el niño Jesús les da permiso.
A la hora de brindar, voy a hacerlo internamente por todos ustedes. (En voz alta no, porque vamos a empezar con "Esta chica está rara, habla sóla, se pasa horas en la computadora, y no atiende el aparatito...¿Cómo se llama?...Sí. Calular. Eso." de mi abuela. Y eso va a ser malo, ustedes no conocen a mi abuela gente.) Así que nada. Por que sigan igual de hippies, frikis, dementes, obsesivos, sexualmente liberados, fumados, otakus, herejes y otros componentes de la mezcla que aprendí a amar.
¡Feliz Navidad!
¡¡Los quiero Mucho!! Les debo de todo. Les debo a Magenta como ser virtual, les debo parte de lo que soy yo ahora, les debo tantas amistades que ya ni puedo contarlas, les debo mucha comprensión que obtuve con ustedes, cuando no la obtuve con "los de afuera". Y, principalmente, les debo el primer capítulo de Luna Roja xD (Ya van a ver que va muy bien encaminado, lo juro. Van a amar a los personajes. Son tan... Ay, no se, estoy enamorada de ellos.)
Nos vemos, gente. Felices fiestas, ojalá que todos tengan en la mesa y en el alma lo mismo que yo. Chocolate, amor y mucha familia. Que joden, pero... Son familia.
Los quiero,
Magenta**
**aire que respiro, cargate de agua, regalame una navidad tormentosa**
Noel bajó totalmente el papel, porque algo en la expresión culpable de su interlocutor le llamó la atención. No sabía que el pequeño, de nombre Pinky, había perdido una apuesta, y por eso había sido designado para ir a hablar con él.
-¿Qué quieren hacer que? -tronó, levantándose de su cómodo sillón rojo.
Pinky se estremeció, y después contó hasta cinco, como había visto que hacían en Lost (era un gran fanático de la televisión humana), y después se paró más derecho. Susurró un mantra de yoga para darse ánimos a si mismo, sintiéndose más seguro para responder.
-Un partidito de fútbol, señor. –explicó resueltamente. –Queremos hacer un partidito de fútbol.
Noel levantó una ceja. Hacía mucho que estaba cansado de trabajar con duendes, seres irascibles y con foco atencional ridículamente corto, pero eran mano de obra barata, y eso estaba difícil de conseguir esos días. Más si no quería usar elfos.
Negó con la cabeza. No, elfos no. Había tenido elfos una temporada hacía varios años. Cada vez que lo recordaba le daba dolor de cabeza. Todos eran hermosos, altivos y rubios, sin ninguna excepción, y se la pasaban haciendo magia y hablando con profundidad sobre el significado de la vida. Aburrido.
No podía tener elfos. Y tampoco gnomos. Se creían demasiado, con sus marchas del orgullo enano. Le arrancaban la cabeza por media hora al día, si tenía suerte.
Y, si se trataba de que le cobraran fortunas, ya tenía suficiente con los renos, que por una noche al año lo hacían pagar toda la instalación en el parque nacional. Todo por ese rollo de “somos animales en extinción”.
Hadas tampoco le servían. Eran histéricas, en una sola palabra. Se pasaba la tarde preguntándose cuando dejarían de peinarse y empezarían a trabajar.
No. Los duendes eran, ciertamente, su única opción. Pero ese detalle no impidió que apoyara las blancas sienes en las manos, trazando círculos en la frente con los dedos. Pinky retrocedió. Esa demostración de preocupación era una mala señal.
Nicolás Noel aspiró una honda bocanada de aire helado, que se colaba por el enorme ventanal ubicado detrás de su escritorio. Le había tocado presencial muchas cosas extrañas en su larga vida, pero jamás había tenido tantas ganas de jubilarse. Jamás.
Ni siquiera cuando su esposa se fue de vacaciones al caribe porque estaba harta de estar resfriada. Pobre Lucinda, la verdad. Había tenido que soportar tantas cosas… Primero la juguetería, después eso de nunca tenerlo en casa para navidad, después la idea de mudarse al Polo Norte. ¡Al Polo Norte! ¡Ella, que dormía con cuatro frazadas en octubre!
Ya estaba. Era el colmo, el punto mas alto al que Noel podía llegar sin quebrarse y llorar estilo Guns and Roses. Suficiente.
-Las cosas que hay que escuchar…-meditó bajito, tomando la pila de papeles que tapizaba el escritorio, y metiéndola dentro de un cajón vacío. –¿Sabe que? –preguntó al duende, que negó con la cabeza varias veces, escudándose con la mano, como si tuviera miedo de que Noel se abalanzara sobre el para matarlo. –Hagan lo que quieran. Jueguen al fútbol.
Noel sonrió por detrás de la barba, aliviado por haber encontrado tan rápida solución a todos sus problemas.
Pinky, que parecía sorprendido por el ritmo que habían tomado las cosas, asintió con la cabeza, articulando un “Gracias” sin emitir sonido alguno, porque estaba demasiado ocupado observando a Noel con la seguridad de la persona que sabe que el otro se volvió loco.
-¡Yo me voy! –siguió el anciano, y atravesó las puertas de la oficina.
-¿Se-señor Noel? –tartamudeó Pinky. -¿A dónde va?
Papa Noel lanzó una carcajada demente.
-¡Que importa! –gritó, y se metió los dedos en la boca.
Soplando con fuerza, emitió un silbido agudo, que le entró por un oído y le salió por el otro al pobre duende, y seis renos tirando un trineo rojo se acercaron por el pasillo, rompiendo todo a su paso.
Noel se subió resueltamente en el trineo.
-¡Feliz navidad! –gritó, antes de romper la ventana en miles de millones de pequeños cristales de azúcar y salir volando.
Pinky se quedó mirando la figura roja desaparecer entre las nubes de diciembre con la boca abierta en una mueca de horror absoluto.
Contó hasta cinco de vuelta, y se encogió de hombros.
Noel siempre volvía. Estaba un poco muy comprometido con la causa.
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Es... Un regalo. Para ustedes, gente. Se lo merecen de acá a la china. Eso sí, Papa Noel escapándose de su taller para tomarse una merecidísimas vacaciones es decididamente una idea indecente (?). Así que se me ahogan en agua bendita, que ya ni el diablo los salva, como dice una amiga mía.
Bueno. Peléense con la tía jodida que todos tenemos, critiquen el (delicioso) arrollado de la abuela sólo por el gusto de verla chillar, cómanse TODO, que el niño Jesús les da permiso.
A la hora de brindar, voy a hacerlo internamente por todos ustedes. (En voz alta no, porque vamos a empezar con "Esta chica está rara, habla sóla, se pasa horas en la computadora, y no atiende el aparatito...¿Cómo se llama?...Sí. Calular. Eso." de mi abuela. Y eso va a ser malo, ustedes no conocen a mi abuela gente.) Así que nada. Por que sigan igual de hippies, frikis, dementes, obsesivos, sexualmente liberados, fumados, otakus, herejes y otros componentes de la mezcla que aprendí a amar.
¡Feliz Navidad!
¡¡Los quiero Mucho!! Les debo de todo. Les debo a Magenta como ser virtual, les debo parte de lo que soy yo ahora, les debo tantas amistades que ya ni puedo contarlas, les debo mucha comprensión que obtuve con ustedes, cuando no la obtuve con "los de afuera". Y, principalmente, les debo el primer capítulo de Luna Roja xD (Ya van a ver que va muy bien encaminado, lo juro. Van a amar a los personajes. Son tan... Ay, no se, estoy enamorada de ellos.)
Nos vemos, gente. Felices fiestas, ojalá que todos tengan en la mesa y en el alma lo mismo que yo. Chocolate, amor y mucha familia. Que joden, pero... Son familia.
Los quiero,
Magenta**
**aire que respiro, cargate de agua, regalame una navidad tormentosa**
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